¿QUIENES SOMOS?
La Orden Benedictina Misioneros de
San Willibrord, establecida bajo el patrocinio de San Bonifacio y a la Virgen
del Carmen es una Orden Religiosa monástica y misionera de derecho Universal unida canónicamente a la Iglesia Antigua Prelatura Apostólica de San Andrés en Venezuela.
Los primeros monasterios benedictinos bajo el impulso de San Willibrord combinaron la vida monástica
cenobítica con el apostolado educativo y el servicio misionero a fin de atender
a las necesidades de una iglesia naciente en lo que hoy conocemos como Utrecht.
Esta combinación, adaptada según las necesidades cambiantes, queremos mantener
como tradicional en nuestra Orden; sin embargo, ninguna forma específica de trabajo
constituye una exigencia para todos los monasterios. Cada comunidad monástica
de la Orden atestigua de manera propia y particular la presencia y el poder de
Cristo en servicio de la Iglesia local en la que está arraigada.
La Orden existe para promover y
proteger en sus monasterios miembros autónomos, el crecimiento de una vida
conforme al evangelio, a la Regla de San Benito y a las sanas tradiciones
propias en orden a la edificación del Cuerpo de Cristo. Trata de realizar esto
con un gran respeto al principio de subsidiaridad y de legítimo pluralismo, y
no sólo por medios jurídicos sino también mediante el estímulo de una
cooperación y ayudas fraternas.

Los monasterios de nuestra Orden han de observar la Regla de
San Benito, están arraigados en el evangelio de Jesucristo, ley suprema de toda
vida cristiana, encarna una aspiración monástica, una espiritualidad y unas
estructuras que bajo la acción y dirección del Espíritu Santo, han de vivirse
con fidelidad creativa en las circunstancias variantes de tiempo y lugar. Estamos unidos espiritualmente con todas las familias benedictinas del mundo, incluyendo las que, como nosotros, no están unidas a la Santa sede en Roma, tales como las que forman parte de las Iglesias Ortodoxas, Anglicanas y autocéfalas.
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